miércoles, 27 de febrero de 2013
sábado, 23 de febrero de 2013
CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA
Juventud,
divino tesoro,
¡ya te
vas para no volver!
Cuando
quiero llorar, no lloro...
y a veces
lloro sin querer...
Plural ha
sido la celeste
historia
de mi corazón.
Era una
dulce niña, en este
mundo de
duelo y de aflicción.
Miraba
como el alba pura;
sonreía
como una flor.
Era su
cabellera obscura
hecha de
noche y de dolor.
Yo era
tímido como un niño.
Ella,
naturalmente, fue,
para mi
amor hecho de armiño,
Herodías
y Salomé...
Juventud,
divino tesoro,
¡ya te
vas para no volver!
Cuando
quiero llorar, no lloro...
y a veces
lloro sin querer...
Y más
consoladora y más
halagadora
y expresiva,
la otra
fue más sensitiva
cual no
pensé encontrar jamás.
Pues a su
continua ternura
una
pasión violenta unía.
En un
peplo de gasa pura
una
bacante se envolvía...
En sus
brazos tomó mi ensueño
y lo
arrulló como a un bebé...
Y te
mató, triste y pequeño,
falto de
luz, falto de fe...
Juventud,
divino tesoro,
¡te
fuiste para no volver!
Cuando
quiero llorar, no lloro...
y a veces
lloro sin querer...
Otra
juzgó que era mi boca
el
estuche de su pasión;
y que me
roería, loca,
con sus
dientes el corazón.
Poniendo
en un amor de exceso
la mira
de su voluntad,
mientras
eran abrazo y beso
síntesis
de la eternidad;
y de
nuestra carne ligera
imaginar
siempre un Edén,
sin
pensar que la Primavera
y la
carne acaban también...
Juventud,
divino tesoro,
¡ya te
vas para no volver!
Cuando
quiero llorar, no lloro...
y a veces
lloro sin querer.
¡Y las
demás! En tantos climas,
en tantas
tierras siempre son,
si no
pretextos de mis rimas
fantasmas
de mi corazón.
En vano
busqué a la princesa
que
estaba triste de esperar.
La vida
es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no
hay princesa que cantar!
Mas a
pesar del tiempo terco,
mi sed de
amor no tiene fin;
con el
cabello gris, me acerco
a los
rosales del jardín...
Juventud,
divino tesoro,
¡ya te
vas para no volver!
Cuando quiero
llorar, no lloro...
y a veces
lloro sin querer...
¡Mas es
mía el Alba de oro!
Rubén Darío
Rubén Darío
viernes, 22 de febrero de 2013
jueves, 21 de febrero de 2013
Han cortado la higuera que me vio crecer
Han
cortado la higuera que me vio crecer,
La vida sigue, sin ella creció en una ayer.
Trepaba
su tronco de niña,
Como si supieras escalar.
Pero ella me echaba sin
más.
He visto las astillas de su forzudo tronco,
Los
sentimientos de mi infancia también.
He visto
cuantos años tenía,
Cada círculo enorme, era un año ,una vida.
Ella,
contemplo grandes conversaciones,
Conversaciones
con mi querido calvo.
Ese
calvo, tan querido por mí.
Ese
calvo, en el que perdura su espiritud
En cada brisa de viento,
En cada sonido bueno,
En cada
susurro de agua cayendo.
En cada
estación de año
En mí
querida rambla,
¿Él está?
María Ángeles Romero
María Ángeles Romero
viernes, 15 de febrero de 2013
Sonrisas
Es un día
espléndido, sonrió
Mi sonrisa irradia felicidad
Así soy yo, una chica feliz, ¿ Oculta sus
tristezas?
Guarda
sus torturas internas, no las dice, y suele ocultarlas con una simple sonrisa.
Ama ¿Qué es
el amor? Se pregunta.
Existe ¿qué
es la existencia y porque existe?
Tristeza ¿Qué
es la tristeza?
Tantas
preguntas la confunden, y desea volver a ese mundo feliz.
Entonces sonríe, Sonríe porque es ella misma, sonríe
porque no le interesa nada, nada. Solo cumplir sus metas, con ayuda de todas las personas queridas que
le rodean.
María Ángeles Romero
María Ángeles Romero
domingo, 10 de febrero de 2013
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