sábado, 22 de marzo de 2014

lunes, 10 de marzo de 2014

No existe


Destruida entre el pesar de mi desgracia, el cual, se refleja en mis continuos cambios de estado. Recomiendo entre pasos por este camino,
 que nunca os enamoréis del recorrido, que  nunca creáis en sino,
 y nunca améis demasiado a un  amor clandestino.
Que entre un campo de rosas sin flor ando yo descalza, para así obviar mi dolor.
Olvidando y evitando pensamientos indeseados, vivo en una continua felicidad.
¿Estoy feliz o estoy triste?
Ahora eso que más da.
Y si entre ese condado de rosales encontrara yo un prado. Dormiría admirando La Luna desde la cima de un llano.
Amaría al amor no imposible que allí encontrara sentado.

Pero el amor no se encuentra, ni  en llanos, ni en prados, ni en montañas. Ni en  ningún sitio, porque este no existe. 

María Ángeles Romero

jueves, 6 de marzo de 2014

Latencia


Estaba tumbada, sangrando en medio de un frío valle, donde recogía los pétalos de las flores caídas de mi decepción.
Entreabría los ojos para poder ver la luz, pero esta me encandilaba y volvía a cerrarlos resignada.
 Exasperada  por el dolor de mi costado, moría en silencio mientras lloraba sangre. El sol, se apagó y yo seguía llorando. Luego la tormenta abrió su paso entre las finas hierbas de la decepción. Así pues, empezó a caer agua sobre mi rostro y limpiaba cada una de mis heridas, pero estas no sanaban, y yo seguía muriendo.
Nadie se había percatado de que yo estaba viva, y nadie hizo nada para salvarme. Yo seguí en el campo de batalla muriendo. Cuando por fin morí, empecé a  pudrirme.

 Después de unos años nada quedaría de mí, nada más que unos pocos restos inorgánicos, que se encontrarían en una planta, en un bello  periodo de latencia.

María Ángeles Romero 

miércoles, 5 de marzo de 2014